Desde la ciudad imperial del Cusco viene a demostrar que el sentimiento y la pasión sólo la tienen los artistas que nacieron con el don del canto, es por eso que esta hija del Sol y ñusta por su belleza sorprende con el huayno con teclados Dejó los hábitos y el coro de la parroquia para cantar música andina Dayan flor iba a ser monjita o estaba motivada para entregarse por completo al trabajo eclesial, ya que durante cinco años fue catequista de la parroquia cusqueña San Felipe de Sicuani, pero una voz en sus sueños le dijo que tenía que seguir su camino que era otro: de cantar en los escenarios y con su propia agrupación. Fue así que empezó a mirar su vida desde otra perspectiva aunque sin dejar de ser bien católica.
No solamente enseñaba catequesis en los barrios de Sicuani, donde nació, sino que cantaba en el coro de la parroquia y sobresalía en el canto. Tenía 11 años. Hasta el curita Víctor la felicitaba por su melodiosa voz. EMPEZO CON CUMBIA Y ARPA Pero antes de salir con fuerza con su segundo disco, Dayan Flor empezó primero cantando cumbia y chicha en la orquesta de su pueblo. “Me gustaba las canciones de Pintura Roja y Marisol y la Magia del Norte, pero luego Anita Santiváñez y otras artistas del huayno”, recuerda. En el 2009 graba su primera producción discográfica al son del huayno con arpa, con temas inéditos y recopilados. Al estilo del norte chico. “Sólo trabajamos por mi pueblo y todo el Cusco”, asegura.