Sentir sin tapujos y expresarlo sin miedos, aunque aparezcan obstáculos en el camino. Daniela González, más conocida como , aterrizó en el radar musical de su local Concepción durante el 2015, fecha en la que presentó su EO homónimo debutante . En estos cinco años la artista se ha atrevido a sangrar por amor, explorar nuevas formas de él, entender y conocer las capas que la conforman como una humana sensible, con una admirable capacidad para transformar lo que pasa en su interior en canción. Durante el 2018 llega un aplaudido disco largaduración en el que Daniela da riendas sueltas a la exploración y la conceptualización, demostrando pistas de una interdisciplina que este 2020 muestra sus líneas en , un corto conformado por cinco canciones y un poemario. El mayor intercambio artístico ha sido con ella misma; un viaje de descubrimiento en el que hemos podido observar los matices más duros y los puentes más cándidos. Dulce y Agraz es un contraste infinito, tal como la vida, y eso es lo que Daniela logra condensar en su profundo trabajo que ya no es sólo musical, también es literario, visual, y por sobre todo, honesto y personal